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Proyectar una casa con muy pocos medios materiales, y
mucha confianza en la arquitectura; en aprender de la propia
cultura, a hacer que cada casa tenga algún privilegio propio
de un palacio, y que refleja el esplendor que tiene
la vida humana aún en sus miserias, y la belleza de la creación
de la que todos somos parte.
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Casa que acoja en su interioridad con menos forma y más gracia,
la vida de la gente tal como es, y que sea fecunda para la vida
de los demás, no para las simplificaciones que hacemos de ella.
Casa que se piense sin mirarse al ombligo; con más ganas de salir
de uno mismo; con menos materiales y mas ingenio; sin ingenuidad,
pero con esperanza de encontrar riqueza donde a veces, sólo se ve y
se muestra una pobreza material, que nos debería dar vergüenza.
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